martes, 1 de marzo de 2011

Cortázar, la fantasía como respuesta

“Mi noción de fantástico no es diferente de mi noción del realismo para mí, porque mi realidad es una realidad donde lo fantástico y lo real se entrecruzan cotidianamente” Julio Cortázar

Lo fantástico, era un tema recurrente en el boom de la literatura latinoamericana, sin embargo Cortázar tenía una forma particular de utilizarlo. En el proceso de pasar de la realidad percibida a la realidad de la imaginación Cortázar trasciende de plano estético y buscó encontrar una nueva forma de lo real como respuesta a lo inexplicable, a lo metafísico. En otras palabras, transformaba lo enajenante y deshumanizante de la sociedad en respuesta. Este aspecto lo diferencia claramente de otros autores del boom que en lugar de transformar la realidad, la negaron y que tenía un toque de pesimismo.

Cortázar a lo largo de sus obras buscaba una nueva orientación existencial para el hombre, un punto central donde cada cosa estuviera en su lugar, citando su obra “Los premios”, el escritor argentino escribe “una vez alcanzado este punto central donde cada elemento discordante puede ser visto como un rayo de la rueda”. El hombre avanzaba a la solución del enigma existencial y armonía consigo mismo para evadir la soledad.

Otro aporte de Cortázar es el humor, hasta las cosas más graves pueden ser expresadas mediante el humor. Al hablarse de su obra, se habla de algunos elementos “bufo-trágicos”, como en el caso de algunas partes de Rayuela.

Este escritor suramericano animó a otros autores jóvenes a escribir, muchos de ellos formaron parte del posboom.

“Mi obra fue hecha en la soledad, pobreza y sin el menor apoyo editorial”

En la entrevista hecha por Soler Serrano, Cortázar es cuestionado sobre el boom de la literatura latinoamericana, el termino del inglés “boom” es algo molesto para el escritor, pero a la vez expresa que es una suerte que el azar haya podido conectar a los autores latinoamericanos para poder manifestarse a través de la literatura, sin orgullos, sin sentirse más. Existía el rumor de que el boom era una maniobra editorial para vender, rumor que Cortázar desmitifica por completo, argumentando que los autores de este movimiento escribieron muchas veces lejos de su país de origen, sin amigos editorialistas, y ejemplificándose él mismo “en la soledad, pobreza y sin el menor apoyo editorial”. El fenómeno fue al revés, autores latinoamericanos publicaron sus primeros libros y fue tal el éxito que hasta entonces los editorialistas se interesaron por editarlos. Cortázar tiene muchísima razón, si el libro no vale por sí mismo, por mucha campaña editorial que sea hecha, no dura. En mi opinión personal, tampoco perdura en el tiempo, ahora vemos las vitrinas de las librerías atoradas de literatura fácil (Cohelo, Vivían Marroquín…), fácil sí, pero también efímera, vacía, con un gran mercadeo, pero poco contenido. ¡Cuántas sabías palabras dijo Cortázar en aquella entrevista en el 77!

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